Hoy vamos a tratar de reformular las excusas más primitivas y ordinarias, para camuflarlas en un lenguaje poco entendible y totalmente desconcertador. Veamos tres frases ineludibles en el lenguaje de las mentiras rápidas con poca capacidad de improvisación:
- "La tarea... se la comió el perro".
- "Se cortó la luz en mi casa... y no me sonó el despertador".
- "No, no. Ella me dió un beso.. Yo no quise".
La primera puede reformularse básicamente con algunos cambios sencillos. Por ejemplo: "La tarea.. se la comió mi tucán. Es que todavía no le enseñamos bien, no son como los perros vió profe..."
La segunda puede contraer una serie de inconvenientes en el ambito laboral, por ejemplo: "Se cortó la luz en mi casa... y no me sonó el despertador del celular". Pueden aparecer algunas incoherencias. Por ende, reformulemos: "No, pasa que hubo un problema con una fase del edifcio en donde vivo. Me desperté joya, pero se cortó una fase del edificio y se paró el ascensor. Me quedé encerrado." En caso de que no vivamos en edificio la cambiamos: "No, pasa que hubo un problema con una fase de la casa en donde vivo. Me desperté joya, pero se cortó una fase de la casa y se paró el ascensor. Me quede encerrado". Perfecto.
La tercera es la más complicada. La mentira se revela en los ojos. No hay que titubear: "No, no. Ella me dió un beso.. yo no me desperté... el perro cortó la luz... la tarea no me sonó y tuve que ir al ascensor porque el tucán me dió un beso... Pero yo no quise". Je je, el Flan Ferpecto.
jueves, 28 de febrero de 2008
jueves, 21 de febrero de 2008
Viajemos como somos
Se aproxima otro día agitado. Ya es viernes y tenés que viajar junto a la masa humana que te acompaña todos los días en el tren. Todavía falta toda la jornada laboral, pero recién empieza el viernes y ya tenés que lidiar con el enjambre de humanos que se amontonan en el vagón como si fuera un refugio nuclear. Le agradecés también al clima que te ayuda con sus típicos 27° y su clásico 101% de humedad para que puedas ahogarte en el mejor momento del viaje.
Arrancás mal con el de la boletería que te hizo perder el tren porque no tenía monedas para cambiarte (si, es culpa de él... no te afligas y dirigas la culpa hacia tu ser, no tiene nada que ver que te hayas quedado dormido unos... veinte minutos demás...). Mientras tanto, recibís el boleto para el tren y, junto con él, un panfleto informativo con las indicaciones para ingresar al transporte. Algunas de ellas: tenés que tener mínimamente un curso de acrobacia y de contorsionismo para poder ingresar al vagón. También tenés que haber participado en algún campeonato oficial al tetris (por competencia sí o sí, para medir la perseverancia de tus ganas de no perder lastimosamente, aunque en este caso... son las ganas de ir a trabajar, asi que mucha validez no tiene). Seguramente de haber algún acomodador de gente en los trenes (como los hay en los cines, teatros, partidos de futbol, torneos de ajedrez y cricket) debería ser un sujeto con varios títulos y trofeos en campeonatos de tetris. Encajar a tanta gente con la capacidad ampliamente superada por vagón, es un verdadero desafío.
Ignorando las leyes de la física, sublevándote a los poderes persuasivos de las miradas apretadas que te dicen "no flaco, no entrás", superando los obstáculos imprevistos de la urbe traicionera y los metales opacos que van asimilando la forma humana, recordando la época en la cual jugabas al rugby y te posicionabas para el scrum (corregimos esta parte: te posicionabas en el sillón, mientras jugabas con el remoto y el contraste de la tele viendo el mundial de rugby); lográs atravesar la muralla transpirada y agitada de sujetos que se acumularon en una masa amorfa e irracional. Ahora sos una pieza de tetris más, como aquel sujeto que está colgado de la puerta. O como aquel otro que está aprovechando para apoyarse a una mina. O como aquel otro que está aprovechando para apoyarse a un flaco. O como aquel que se compró una porción de pizza antes de subir al tren y ahora la tiene que deglutir velozmente urgido por el derrame de queso en el saco de un hombre que justo no le gusta la pizza en el saco.
¿Cómo administramos nuestra energía de manera adecuada? ¿Cómo sobrevivir el viernes? Si toda la fuerza la empleamos en tratar de no caernos del tren, considerando además que las energias con las que llegás al viernes apenas sobrepasan a las de un rata de laboratorio desmotivada y con tres dosis de sedantes para caballos,¿Qué nos resta?. Sólo queda disfrutar del paisaje: las bellas estructuras edilicias que se desfilan en el camino con sus paredes quebradas, los solemnes y relajantes sonidos de los bocinazos de automóviles, colectivos, camiones, patinetas, monopatines y otros vehiculos que esperan ansiosamente que levante la barrera para poder cruzar el paso a nivel insultando a la barrera y a otros vehiculos. La dulce antipatía de los pasajeros que derraman gotas de amor y sudor, mientras jadean y vuelven a la crónica poesía de puteadas con aroma de merluza para todos los servicios públicos.
¿Qué? Acaso pretendías que te aconsejara desquitarte con el tren o con sus pasajeros? No, no tenés espacio para hacerlo. Gracias a que apenas podés respirar y tratar de leer el diario del tipo que justo tiene el suplemento de economía. Tocále una nalga al flaco que está al lado tuyo y decile que fue el sujeto que está leyendo el suplemento de economía. Excelente. Ahora, mientras se cagan a trompadas entre ellos, vos aprovechás para arrebatarle el diario, leerte el suplemento de deportes (solamente para ver las fotos), y mientras te comés un poco de muzzarella que le despegaste al hombre del saco.
Arrancás mal con el de la boletería que te hizo perder el tren porque no tenía monedas para cambiarte (si, es culpa de él... no te afligas y dirigas la culpa hacia tu ser, no tiene nada que ver que te hayas quedado dormido unos... veinte minutos demás...). Mientras tanto, recibís el boleto para el tren y, junto con él, un panfleto informativo con las indicaciones para ingresar al transporte. Algunas de ellas: tenés que tener mínimamente un curso de acrobacia y de contorsionismo para poder ingresar al vagón. También tenés que haber participado en algún campeonato oficial al tetris (por competencia sí o sí, para medir la perseverancia de tus ganas de no perder lastimosamente, aunque en este caso... son las ganas de ir a trabajar, asi que mucha validez no tiene). Seguramente de haber algún acomodador de gente en los trenes (como los hay en los cines, teatros, partidos de futbol, torneos de ajedrez y cricket) debería ser un sujeto con varios títulos y trofeos en campeonatos de tetris. Encajar a tanta gente con la capacidad ampliamente superada por vagón, es un verdadero desafío.
Ignorando las leyes de la física, sublevándote a los poderes persuasivos de las miradas apretadas que te dicen "no flaco, no entrás", superando los obstáculos imprevistos de la urbe traicionera y los metales opacos que van asimilando la forma humana, recordando la época en la cual jugabas al rugby y te posicionabas para el scrum (corregimos esta parte: te posicionabas en el sillón, mientras jugabas con el remoto y el contraste de la tele viendo el mundial de rugby); lográs atravesar la muralla transpirada y agitada de sujetos que se acumularon en una masa amorfa e irracional. Ahora sos una pieza de tetris más, como aquel sujeto que está colgado de la puerta. O como aquel otro que está aprovechando para apoyarse a una mina. O como aquel otro que está aprovechando para apoyarse a un flaco. O como aquel que se compró una porción de pizza antes de subir al tren y ahora la tiene que deglutir velozmente urgido por el derrame de queso en el saco de un hombre que justo no le gusta la pizza en el saco.
¿Cómo administramos nuestra energía de manera adecuada? ¿Cómo sobrevivir el viernes? Si toda la fuerza la empleamos en tratar de no caernos del tren, considerando además que las energias con las que llegás al viernes apenas sobrepasan a las de un rata de laboratorio desmotivada y con tres dosis de sedantes para caballos,¿Qué nos resta?. Sólo queda disfrutar del paisaje: las bellas estructuras edilicias que se desfilan en el camino con sus paredes quebradas, los solemnes y relajantes sonidos de los bocinazos de automóviles, colectivos, camiones, patinetas, monopatines y otros vehiculos que esperan ansiosamente que levante la barrera para poder cruzar el paso a nivel insultando a la barrera y a otros vehiculos. La dulce antipatía de los pasajeros que derraman gotas de amor y sudor, mientras jadean y vuelven a la crónica poesía de puteadas con aroma de merluza para todos los servicios públicos.
¿Qué? Acaso pretendías que te aconsejara desquitarte con el tren o con sus pasajeros? No, no tenés espacio para hacerlo. Gracias a que apenas podés respirar y tratar de leer el diario del tipo que justo tiene el suplemento de economía. Tocále una nalga al flaco que está al lado tuyo y decile que fue el sujeto que está leyendo el suplemento de economía. Excelente. Ahora, mientras se cagan a trompadas entre ellos, vos aprovechás para arrebatarle el diario, leerte el suplemento de deportes (solamente para ver las fotos), y mientras te comés un poco de muzzarella que le despegaste al hombre del saco.
jueves, 14 de febrero de 2008
Estimado Clima: ¿Porque no se va ud. un poquito a la...
Otoño. Te despertaste justo porque el rayo de sol que entraba por la persiana te estaba perforando la córnea. Glorioso día de sol. El noticiero lo anunció. Te vestís para ir a trabajar de la forma habitual, mirás un poco de tele y ves que está anunciado un día despejado, con el sol derritiendo el pavimento y las nubes siendo sólo efímeros detalles del cielo. "28 de máxima, 20 de mínima". Perfecto. Va a hacer calor pero se va a poder tolerar seguramente.
El día fue ideal. Estuviste encerrado en el trabajo mientras podías haber estado en alguna pileta en el Caribe. O en algún mar en Villa Tesei. O sea, mientras no sabías si afuera ocurría la 3° Guerra Mundial o si se estrellaba un dirigible piloteado por Barney en la esquina, algo te hacía pensar que el mundo de afuera no laburaba y disfrutaba de semejante día. Nada de eso importa. Ya tendrás tu venganza. Mientras ellos estén trabajando vos vas a tener tu semana de vacaciones en Marzo que seguramente disfrutarás un día, porque el resto de los días que te sobran tenés que hacer los trámites y pelotudeces importantes que dejaste para hacer en las prolongadas vacaciones que te dan.
Se termina el día laboral. Huís ferozmente hacía los pocos rayos de sol para que puedas hacer un mínimo de fotosíntesis y sentir que en algún momento mientras estuviste laburando.. fue de día. Ah,¿qué? ¿Vos tenés ventanas en tu laburo?. Bendito sea el ser misericordioso que se apiadó de vuestras almas para ofreceros una luz regular y ténue con la cual trabajar. Condenado aquel frívolo que te puso dentro de un laboratorio de luz artificial lleno de tubos de ensayo y experimentos con chimpances que leen a Sartre y juegan a la ruleta rusa. Pero... momento, ¿que ocurrió?. Saliste a la calle y hay una nube color negro mezclado con un poco de violeta y otro poco más de negro más obscuro. Mmm.. ¿Qué pasó? ¡Si el servicio meteorológico jamás se equivoca!. "Seguro que no llueve, es solamente una nube pasajera", tratás de autoconvencerte. Pero hacés dos pasos más y en la esquina vez el horizonte: "Bueno, es una nube pasajera de 240 km nada más". Nada de eso. Tres cuadras antes de subirte al transporte, te agarró el diluvio. Las gotas son como meteoritos, pero estas no se desintegran con la capa de ozono. Al contrario, parece que se unen en el trayecto de caída para pegarte más fuerte en la nuca. Cuatro gotas seguidas en la cabeza y declaran KO técnico.
¿Como podés terminar tan mojado si fueron tres cuadras solamente? Y bueno, no tenías paragüas para protegerte. Ni sombrilla. Ni snorkel. Ni lancha. Ni un cd de Cacho Castaña. Ni la biografía de Vilma Palma e Vampiros. Ésas son las causas por las cuales terminaste como un trapo sin escurrir. ¿A quién le debemos la gracia divina de ser empapados y ensuciados por los colectivos que pasan cerca de la vereda y producen el tsunami de agua, latas, papelitos, chicles y restos cloacales? ¿A San Pedro? ¿Acaso tenemos que esperar para morir y darle una golpiza por cagarte el día con una lluvia imprevista? No, para nada. Busquemos algo más tangible. ¿Los profesionales del servicio meteorológico que son los encargados del azar del tiempo? Y.. podría ser. Pero ya estás muy enojado como para salir a la calle a buscar a unos sujetos. Demasiado trabajo. Encima llovió media hora y se renovó el calor aún más. La humedad está en 184% y parece que volvió a salir el sol... a las 22 hs. ¿Dónde descargamos la ira? Sí, en la tele. ¿Quién fue el mediador entre el meteteelclimaenelortólogo y vos?. La tele. Agarramos nuevamente un objeto contundente y lo arrojamos a una distancia aproximada de 10 cm al tubo del televisor (para no errarle, a ver si le pegamos al equipo de música que no tiene nada que ver. A no ser que hayas escuchado por la radio lo del clima, entonces sí. Y si lo sufriste en ambos electrodomésticos, vas a necesitar dos objetos contundentes). Mañana salís con el paragüas, por las dudas, y después de trabajar te comprás una buena tele de 14 pulgadas.
El día fue ideal. Estuviste encerrado en el trabajo mientras podías haber estado en alguna pileta en el Caribe. O en algún mar en Villa Tesei. O sea, mientras no sabías si afuera ocurría la 3° Guerra Mundial o si se estrellaba un dirigible piloteado por Barney en la esquina, algo te hacía pensar que el mundo de afuera no laburaba y disfrutaba de semejante día. Nada de eso importa. Ya tendrás tu venganza. Mientras ellos estén trabajando vos vas a tener tu semana de vacaciones en Marzo que seguramente disfrutarás un día, porque el resto de los días que te sobran tenés que hacer los trámites y pelotudeces importantes que dejaste para hacer en las prolongadas vacaciones que te dan.
Se termina el día laboral. Huís ferozmente hacía los pocos rayos de sol para que puedas hacer un mínimo de fotosíntesis y sentir que en algún momento mientras estuviste laburando.. fue de día. Ah,¿qué? ¿Vos tenés ventanas en tu laburo?. Bendito sea el ser misericordioso que se apiadó de vuestras almas para ofreceros una luz regular y ténue con la cual trabajar. Condenado aquel frívolo que te puso dentro de un laboratorio de luz artificial lleno de tubos de ensayo y experimentos con chimpances que leen a Sartre y juegan a la ruleta rusa. Pero... momento, ¿que ocurrió?. Saliste a la calle y hay una nube color negro mezclado con un poco de violeta y otro poco más de negro más obscuro. Mmm.. ¿Qué pasó? ¡Si el servicio meteorológico jamás se equivoca!. "Seguro que no llueve, es solamente una nube pasajera", tratás de autoconvencerte. Pero hacés dos pasos más y en la esquina vez el horizonte: "Bueno, es una nube pasajera de 240 km nada más". Nada de eso. Tres cuadras antes de subirte al transporte, te agarró el diluvio. Las gotas son como meteoritos, pero estas no se desintegran con la capa de ozono. Al contrario, parece que se unen en el trayecto de caída para pegarte más fuerte en la nuca. Cuatro gotas seguidas en la cabeza y declaran KO técnico.
¿Como podés terminar tan mojado si fueron tres cuadras solamente? Y bueno, no tenías paragüas para protegerte. Ni sombrilla. Ni snorkel. Ni lancha. Ni un cd de Cacho Castaña. Ni la biografía de Vilma Palma e Vampiros. Ésas son las causas por las cuales terminaste como un trapo sin escurrir. ¿A quién le debemos la gracia divina de ser empapados y ensuciados por los colectivos que pasan cerca de la vereda y producen el tsunami de agua, latas, papelitos, chicles y restos cloacales? ¿A San Pedro? ¿Acaso tenemos que esperar para morir y darle una golpiza por cagarte el día con una lluvia imprevista? No, para nada. Busquemos algo más tangible. ¿Los profesionales del servicio meteorológico que son los encargados del azar del tiempo? Y.. podría ser. Pero ya estás muy enojado como para salir a la calle a buscar a unos sujetos. Demasiado trabajo. Encima llovió media hora y se renovó el calor aún más. La humedad está en 184% y parece que volvió a salir el sol... a las 22 hs. ¿Dónde descargamos la ira? Sí, en la tele. ¿Quién fue el mediador entre el meteteelclimaenelortólogo y vos?. La tele. Agarramos nuevamente un objeto contundente y lo arrojamos a una distancia aproximada de 10 cm al tubo del televisor (para no errarle, a ver si le pegamos al equipo de música que no tiene nada que ver. A no ser que hayas escuchado por la radio lo del clima, entonces sí. Y si lo sufriste en ambos electrodomésticos, vas a necesitar dos objetos contundentes). Mañana salís con el paragüas, por las dudas, y después de trabajar te comprás una buena tele de 14 pulgadas.
jueves, 7 de febrero de 2008
No te caíste de la moto...¿No?
Si. Hoy te tocó cocinar. Encima llegaste a tu casa perturbado por el tránsito y con ansias de hacerle una traqueotomía con un desodorante y hacerlo entrar en combustión al pelotudo que te preguntó si estabas bien, porque tenías cara de poco dormir... A ver, explicame porque soy un ignorante: ¿como es una cara de poco dormir?. ¿Una con las ojeras que parecen dos empanadas? ¿Cuando se te cae la baba de la boca que vas dejando el caminito al estilo babosa, y las hormigas que te alcanzaron a tu casa eran aquellas que habían comenzado a seguir tu camino desde que te subiste al colectivo en Temperley??? Si, lo sé.. en algún momento la pregunta mutó en un párrafo de una longitud similar al antiguo testamento. ¿"Cara de poco dormir" es lo mismo que "cara de dormir mal"? ¿Es lo mismo que "cara de no dormir"? ¿De trasnochar? ¿De quedarse en algún albergue transitorio viendo pasar las horas (bueh.. minutos) sin importar la entrada laboral del día siguiente? ¿O de quedarse hasta altas horas de la madrugada jugando al playstation? Perdón, no tengo... ¿De quedarse hasta altas horas de la madrugada jugando al Snow Bros? ¿o al Mario Bros? ¿Mortal Kombat Bros?. Si no conocés ninguno de esos juegos pasame tu dirección que tengo un delivery de francotiradores para vos.
Por fín llegaste a tu casa tratando de resolver el enigma de "la cara que no duerme", y encima te das cuenta que no tenés una mierda para cocinarte. Aún siendo blanco perfecto para autosodomizarte por inútil de no haber comprado los víveres para cocinarte algo decente, tenés la habilidad en la palma de tu mano. Sí, vos sos un ser moderno que está totalmente preparado para este tipo de situaciones. En la heladera tenés pegados 46 teléfonos de delivery de comida que abarcan desde longaniza al escabeche hasta empanadas de remolacha. Por ende, como hábil emprendedor de diálogos reiterativos y secuenciales, llamás al que tenés más cerca para asegurarte de que si hay algo mal, te pones las ojotas y vas a cagar a trompadas al telefonista. Mmm, no, mejor lo de las trompadas no. Es probable que caigamos presos de vuelta.
Bueno, pasó una hora. La pizza no llegó. El local está a tres cuadras. ¿Te pones las ojotas? No, mejor vas descalzo. O mejor, primero llamá a ver qué pasa. Quizás el chico del reparto colapsó contra el parabrisas de algún colectivo.
T:- Pizzería buenas noches
E:- Hola si, mirá yo te llame hace una hora para pedirte una pizza. Y me dijiste que en cuarenta minutos ya estaba.
T:- Si, cual es su dirección
E:- Pasaje Monteagudo 319..pis..
T:- Si, ya salió para allá.
E:- ¿Anotaste que piso es?
T:- ¿Qué piso qué?
E:- El piso del departamento... ¿Lo anotaste?
T:- Si, Pasaje Monteagudo 319. Es aca nomás, ¿no?
E:- Si es acá a tres cuadras, pero te pregunto si tenés el piso del departamento anotado. ¿O tengo que salir hasta que llegue el de la moto para que no tenga que andar adivinando que timbre tocar?
T:- Si, ¿qué piso es?
E:- 5
T:- Perfecto. Ya estaba anotado.
E:- Bueno te agradezco.
tuuu tuu tuuuu...
Al fin. Llegó la pizza. Pero obviamente, primero vino la vecina a tocarte timbre para preguntarte si habías ordenado una pizza, porque resulta que le tocaron timbre a ella. Finalmente, el encuentro frente a frente, pizza con cara. Y esta no es una cara de poco dormir, es una cara de hambre. ¿Como es una cara de hambre? Que carájo me importa, dejame comer. Abrís la pizza y tenés en la esquina de la caja tres tomates estrolados y casi camuflándose con las aceitunas que parecen haberse utilizado para amortiguar balas de cañon en las épocas de comercio de ultramar. ¿El provolone dónde está? Ah, si. Ahí, arrinconado en una sola porción como si lo hubieran apurado para que abandone su territorio y se quede atrincherado en un pedazo de la pizza solamente.
Coincidimos entonces que nuestro pronóstico fue exacto. El muchacho del reparto colapsó contra el parabrisas del colectivo y luego vino a traer los cadáveres de la pizza para que le realizes la autopsia. Tenés que saber que estás comiendo cuanto lo estás probando. Muy complicada tarea. ¿Que hacemos? ¿Llamamos a la pizzería para quejarnos? ¿Vamos hasta la pizzeria corriendo en ojotas para pegarle al primero que se cruze? ¿O seguimos comiendo del hambre sin importar el apocalipsis de queso y diversos ingredientes que estás observando? Seguimos comiendo. Mañana vas a pedir trabajo en la terminal de colectivos y atropellás al pibe de la moto de vuelta. Problema solucionado.
Por fín llegaste a tu casa tratando de resolver el enigma de "la cara que no duerme", y encima te das cuenta que no tenés una mierda para cocinarte. Aún siendo blanco perfecto para autosodomizarte por inútil de no haber comprado los víveres para cocinarte algo decente, tenés la habilidad en la palma de tu mano. Sí, vos sos un ser moderno que está totalmente preparado para este tipo de situaciones. En la heladera tenés pegados 46 teléfonos de delivery de comida que abarcan desde longaniza al escabeche hasta empanadas de remolacha. Por ende, como hábil emprendedor de diálogos reiterativos y secuenciales, llamás al que tenés más cerca para asegurarte de que si hay algo mal, te pones las ojotas y vas a cagar a trompadas al telefonista. Mmm, no, mejor lo de las trompadas no. Es probable que caigamos presos de vuelta.
Bueno, pasó una hora. La pizza no llegó. El local está a tres cuadras. ¿Te pones las ojotas? No, mejor vas descalzo. O mejor, primero llamá a ver qué pasa. Quizás el chico del reparto colapsó contra el parabrisas de algún colectivo.
T:- Pizzería buenas noches
E:- Hola si, mirá yo te llame hace una hora para pedirte una pizza. Y me dijiste que en cuarenta minutos ya estaba.
T:- Si, cual es su dirección
E:- Pasaje Monteagudo 319..pis..
T:- Si, ya salió para allá.
E:- ¿Anotaste que piso es?
T:- ¿Qué piso qué?
E:- El piso del departamento... ¿Lo anotaste?
T:- Si, Pasaje Monteagudo 319. Es aca nomás, ¿no?
E:- Si es acá a tres cuadras, pero te pregunto si tenés el piso del departamento anotado. ¿O tengo que salir hasta que llegue el de la moto para que no tenga que andar adivinando que timbre tocar?
T:- Si, ¿qué piso es?
E:- 5
T:- Perfecto. Ya estaba anotado.
E:- Bueno te agradezco.
tuuu tuu tuuuu...
Al fin. Llegó la pizza. Pero obviamente, primero vino la vecina a tocarte timbre para preguntarte si habías ordenado una pizza, porque resulta que le tocaron timbre a ella. Finalmente, el encuentro frente a frente, pizza con cara. Y esta no es una cara de poco dormir, es una cara de hambre. ¿Como es una cara de hambre? Que carájo me importa, dejame comer. Abrís la pizza y tenés en la esquina de la caja tres tomates estrolados y casi camuflándose con las aceitunas que parecen haberse utilizado para amortiguar balas de cañon en las épocas de comercio de ultramar. ¿El provolone dónde está? Ah, si. Ahí, arrinconado en una sola porción como si lo hubieran apurado para que abandone su territorio y se quede atrincherado en un pedazo de la pizza solamente.
Coincidimos entonces que nuestro pronóstico fue exacto. El muchacho del reparto colapsó contra el parabrisas del colectivo y luego vino a traer los cadáveres de la pizza para que le realizes la autopsia. Tenés que saber que estás comiendo cuanto lo estás probando. Muy complicada tarea. ¿Que hacemos? ¿Llamamos a la pizzería para quejarnos? ¿Vamos hasta la pizzeria corriendo en ojotas para pegarle al primero que se cruze? ¿O seguimos comiendo del hambre sin importar el apocalipsis de queso y diversos ingredientes que estás observando? Seguimos comiendo. Mañana vas a pedir trabajo en la terminal de colectivos y atropellás al pibe de la moto de vuelta. Problema solucionado.
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